domingo, 13 de noviembre de 2011

“¡Qué arrechera que lo rescataron vivo!”

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Triste realidad


Reunión de pauta editorial en el canal del loguito amarillo (ejemplo hipotético)

Gerente de Producción: muy bien equipo, para hoy tenemos en caliente la noticia del secuestro del pelotero. Ya ustedes saben cómo actuamos nosotros en estos escenarios, necesito lo más trágico y desesperanzador en pantalla, declaraciones dudando de la eficacia de los cuerpos de seguridad, lo mal que se siente la gente en la calle por los secuestros, ineficiencia gubernamental, incompetencia de los cuerpos policiales, resalten que se arma al ejército pero no hay seguridad en el país, también que hay una guerra solapada y demás. Eso sí, que la gente señale como culpable a Chávez.
Esbirros: perfecto jefe! Cuente con eso!
Gerente de Producción: eso sí, ya yo hablé con el “master” para no andar metiendo sonidos ni “aliños” a las transmisiones. Miren que el jefe anda molesto por los reales que debe pagar y no quiere que eso se repita al menos que sea necesario.
Esbirros: entendido, claro como el agua.
Jefe: bueno, bueno, todos a trabajar y esperemos lo peor.


Cuando un canal de televisión se convierte en partido político, obvio que sus intereses se convierten en objetivos políticos. En política “todo se vale” según la ética del fascista. Ejercer la comunicación maquiavélicamente quiere decir que el fin justifica los medios, es decir, para hacer oposición y desprestigiar al gobierno se valen de lo que sea necesario. La desgracia ajena no es para tener consideración de ella ni tratar de consolarla, pues no, la desgracia ajena es para sacarle provecho, difundirla, usarla como arma para azuzar a la arrechera de la gente quienes deben señalar y culpar a quien ellos elijan, en todos los casos, Hugo Chávez Frías.

Ustedes los ven miopes ante las victorias deportivas, logros de la Vinotinto, hazañas como la de Maickel Melamed, etc. Eventos que tienen un bajísimo perfil en la parrilla de la programación diaria, semanal y mensual. Pongo éstos ejemplos porque podrían considerarse los de menos “color” político, dado que en cuanto a logros del Gobierno Bolivariano es común que brillen por su ausencia. Pero que no pase nada malo porque allí ven la cobertura noticiosa y periodística más increíble que se puedan imaginar. Opinadores expertísimos, sesudos analistas, científicos desconocidos que conocen muchísimo de lo que, por supuesto, el gobierno ignora a pesar de que ellos “están cansados de informárselo”. 

El crimen y la sangre en TV usado con fin político
 

Lo malo y vil los fortalece, lo bueno y positivo los debilita. Su línea editorial se traduce en “mostrar lo malo y diabólico que es Chávez y su comunismo tropical. Estamos en caos. Estamos desesperados. La audiencia debe entender y asumir que cualquier cosa es mejor que Chávez”. Cuando una línea editorial tiene como fin tumbar un gobierno los mensajes son considerados como balas o misiles que debilitan al adversario. No importa con qué se fabrican las balas, lo fundamental es que hagan daño.

Si hay 100 muertos en la morgue este fin de semana, pues no les interesa las causas por las que ingresaron. Lo importante es poner el número 100 en rojo sangre (chorreando) y si es posible rodeado por impactos de bala en la pantalla. Si hay un secuestro ligan para que sea de alguien importante y si es de un pelotero, sonríen como carajito con juguete nuevo esperando el peor desenlace. ¿No me lo creen? ¿A cuántos periodistas del canal vieron contentos, de verdad, por el rescate?¿Cuántos reportajes vieron reflejando la excelente actuación de los cuerpos de seguridad?

En fin, la comunicación necrofílica es la herramienta ideal para las tendencias fascistas: aquellas que promueven el caos con la promesa del orden, una y otra vez. ¿Será esto el mal necesario de la democracia participativa y protagónica venezolana? Veremos.

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