martes, 8 de octubre de 2013

"Muerto el líder, se acaba el proceso"

Chávez invicto durante el cierre de campaña para el 7 de octubre 2012

Ya hace más de un año que Hugo Chávez Frías obtuvo su última victoria electoral en el campo de batalla de la democracia participativa y protagónica venezolana. El 7 de octubre de 2012 fue reelecto para continuar dirigiendo los destinos de la patria de Bolívar, la derecha nuevamente salió derrotada con votos más no así hubo un cese en sus intenciones por asumir el poder en el país.

Creo que la enfermedad que padeció el Comandante Chávez y su desenlace fatal no es producto de la casualidad. A Chávez era imposible ganarle en elecciones, siempre se mantuvo invicto y había que preparar su “salida” del poder por otra vía que no lo martirizara. En mi particular percepción, el padecimiento sufrido por el líder de la Revolución bolivariana tuvo su génesis luego de la victoria en el referendum de febrero de 2009 sobre la reelección indefinida.

La derecha venezolana, guiada por los intereses foráneos que intervienen en el país, tuvo su mejor oportunidad para asumir el poder el pasado 14 de abril. Su accionar subversivo, y la situación económica sumado al ambiente generado a raíz de la ausencia del presidente recién electo les daba la fórmula perfecta para ganar elecciones. Venció el patriotismo y la esperanza de la mayoría del pueblo en el socialismo, ahora conducidos por Nicolás Maduro.

La derecha en el país hoy se desespera y le urge asumir el poder. Ellos no contaban con ser derrotados en abril y es por eso que blanden con más ímpetu el látigo de la contrarrevolución. Su estrategia gira en torno a dos ejes: 1) golpe económico y, 2) subversión. Ambas líneas de acción tienen infinidad de manifestaciones tangibles que dan muestra de su plena ejecución con el propósito de golpear sistemáticamente al pueblo que, en menos de dos meses, deberá presentarse de nuevo para ejercer su derecho al voto.

Prácticamente hoy tenemos una situación similar a diciembre 2002, enero-febrero 2003, con la diferencia que no hay voceros, hoy no hay responsables, hoy no hay partes de guerra diarios confrontando ilegalmente a las autoridades legítimamente constituídas. La táctica es actuar solapadamente, de manera encubierta y minar todos los sectores de la vida nacional para que el sistema político colapse. El máximo líder ausente conllevaría a finiquitar el proceso revolucionario, esa es la apuesta que ellos hacen y siguen trabajando día a día para lograrlo.

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