lunes, 15 de septiembre de 2014

Cajera con machete en mano

¿Te animas a llevarle la contraria?

En la Urbanización La Concordia, Barquisimeto – Edo. Lara, hay un supermercado de comerciantes asiáticos justo al lado del Mercado Bararida en plena avenida Libertador. La dueña mantiene cerrada la Santa María y sólo deja abierta una “puertica” por donde hace pasar al “ganado humano” que espera en la cola por largas horas. Cuando entras al establecimiento, te obligan a llevarte un combo con varios productos por 250 bolívares. En el local no facturan y todo sucede con total impunidad.

Maduro tuvo que armar un lío y poner el dedo en la llaga respecto a los lubricantes para vehículos y su extraña desaparición del mercado nacional. Desde PDVSA anuncian mensualmente que rompen récord en producción de lubricantes, pero usted sale a la calle y no consigue el producto. Si logra encontrarlo, lo venden hasta al triple del precio que marca el envase. Mafias vienen y mafias van, ¿quién miente? ¿dónde están los lubricantes que se producen?

Los precios “justos” no existen en Venezuela, excepto que sea en algún establecimiento del Gobierno Bolivariano: Mercal, PDVAL, Abastos Bicentenario, etc. La empresa privada importa bienes sobrefacturados que, al llegar a los anaqueles, ya tienen un precio escandaloso, a pesar de que cumplan aquello del 30%. ¿por qué no le meten el ojo al precio de las importaciones?

Un frasquito de pepinillos en Excelsior Gama cuesta 380 bolívares, el mismo producto lo conseguí en una bodega por el centro de Caracas en 65 bolívares. Obvio, Excelsior Gama importa con dólares baratos que da el gobierno y sobrefacturan, se roban los dólares y cuando ponen el producto en el anaquel el precio luce irracional. Este es el modus operandi que vemos día a día.

Cerca de Sabana Grande, en Caracas, hay una arepera que trabaja las 24 horas. Las arepas que venden cuestan desde 150 BsF. en adelante. Sería bueno conocer la “cuenta” que sacó el dueño del local para ponerle ese precio al típico alimento.

Un amigo compraba en un supermercado de unos asiáticos por la calle 33 en Bqto. Estando en la caja su producto marca 10 bolívares, pero la cajera le dice que pague 10,50 BsF. Él reclama que por qué debe pagar más que lo que marca la etiqueta, la cajera asiática saca un machete que tenía escondido y lo amenaza gritándole que pague lo que ella dice o que se vaya. Mi amigo decidió irse, el local sigue abierto, vendiendo y haciendo billete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario