martes, 1 de diciembre de 2015

La molestia

La batalla electoral del 6D

A menos de una semana para que se efectúen las elecciones parlamentarias en Venezuela, a nivel de propaganda y de discurso se pueden identificar dos polos. La interpretación de la realidad actual del país difiere plenamente entre las dos parcialidades políticas en pugna, el chavismo y la oposición. Ambos, toman elementos reales de la cotidianidad del pueblo pero ajustan su percepción y explicación de los fenómenos en función de sus intereses. Ambos, hábilmente intentan utilizar lo que se vive en la calle como catalizador que movilice a los votantes en función de su parcialidad política. A esta hora, nombres de candidatas o candidatos muy poco importan porque ambas fuerzas centran su propaganda en mandar a votar por las tarjetas: PSUV y MUD, dos modelos enfrentados, la izquierda contra la derecha, los ojos de Chávez contra la manita.

Según las fuerzas de oposición, las colas, la escasez, el “salario que se vuelve agua” y demás fenómenos de la Guerra Económica -que ellos dicen no existe como tal- son producto de un modelo fracasado. La explicación infantil y simplista que exponen los líderes de la MUD es que todo lo que sucede es culpa de Maduro. Arguyen que los empresarios son perseguidos, que el gobierno humilla a la gente con las colas, que el socialismo no sirve, etc. Las propuestas están alineadas con argucias propagandísticas del tipo “yo te voy a pagar en dólares”, o aquello de “el día siguiente a las elecciones habrá de todo en los anaqueles y se acabarán las colas”. En definitiva, el discurso de la derecha es reducido a lo más básico y elemental apelando a técnicas publicitarias y al mercadeo político que se aferra a la creencia de que los electores son perros de Pavlov que responden a estímulos condicionados.

Del lado de las fuerzas chavistas en el poder, vemos una sinergia ascendente a nivel de gestión de gobierno en cuanto a la concreción de planes, proyectos, Misiones: obras de infraestructura vial, sistemas de transporte masivo como autobuses y taxis, entrega de viviendas, aumento del número de pensionados, masificación en la entrega de equipos tecnológicos a estudiantes, ataque a la inseguridad con la OLP, cierre de fronteras para atacar el contrabando de extracción, mejora de las condiciones habitacionales con Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor, jornadas periódicas de expendio de alimentos a precios reducidos, etc. Además de la gestión, con obras y cosas tangibles, el chavismo basa su discurso en la idea de que los venezolanos deben defender sus logros, que deben votar a favor del PSUV por todos los beneficios que han recibido a través de leyes que protegen al pueblo y por algo fundamental que ha elevado nuestro arraigo como nación: la identidad y dignidad del venezolano. Es una campaña más densa a nivel discursivo, que apela a la conciencia de los votantes junto a recurrir a la lealtad y amor hacia el máximo líder del chavismo, el comandante Hugo Chávez.

Ahora bien, la lógica que intenta imponer en el elector la distorsión perceptiva promovida por la derecha -propaganda- se reduce al siguiente argumento “como tengo que hacer cola, como no consigo los productos que necesito y como los precios de todo aumentan sin control el 6 de diciembre le daré un voto castigo al modelo fracasado chavista y le haré saber a Maduro que estoy en contra de su gobierno y que quiero cambio”. En este discurso no importa saber por quién se votará. Los afectos a la oposición podrían estar eligiendo a empresarios ligados a la oligarquía, personas con prontuario, o líderes de dudosa reputación, pero nada de eso importa porque el objetivo es aniquilar al chavismo. El fin justifica los medios, dicen.

Del lado del chavismo en funciones de gobierno, los esfuerzos de su gestión no han impactado en las tres ideas base de la propaganda opositora: vemos aún notables fallas en el abastecimiento, las colas no han desaparecido y prácticamente todo lo que uno encuentra en las vitrinas muestra cifras que deprimen al consumidor al constatar una especulación impune y rampante. Estos fenómenos tienen su origen en acciones del sector empresarial y los grandes centros de poder económico, orientadas a la desestabilización del país de manera solapada para socavar el apoyo popular que mantiene al sistema político funcionando. Es evidente que el Gobierno Bolivariano no controla la economía y que avanzar contundentemente en la derrota de la Guerra Económica, por ahora, escapa de sus manos fundamentalmente porque la dirección política de la revolución debe articular sus lineamientos a través de un Estado burgués que privilegia al patrono, oligarca, empresario o burguesía por encima de los intereses del pueblo.

Para sopesar esta realidad, la dirección política chavista echa mano de aquello que sí controla que no es más que la utilización del erario público en dinamizar los planes y proyectos existentes. Enfoca sus recursos en blindar sus fortalezas. Entonces, vemos que la propaganda de las fuerzas chavistas busca construir en el elector el siguiente ideario “la revolución lleva 15 años en el poder dándole beneficios tangibles al pueblo, creando leyes que lo protegen y democratizando el acceso a cosas que antes eran sólo para una minoría. Debemos defender nuestros logros y no dejarnos engañar por los falsos ofrecimientos de la oposición. Debemos ser leales a Chávez y votar por él y sus candidatos de la patria el próximo 6D para avanzar y derrotar la Guerra Económica. El chavismo se crece en la adversidad”.

La coincidencia en ambas campañas está en que las dos reconocen que el pueblo, el elector, está incómodo por la dinámica comercial actual que perturba la cotidianidad y ha afectado la zona de confort de cada venezolano. Un frente provoca esa circunstancia y navega sobre ella para sacar provecho político diciendo que la culpa es del otro; el otro, como no logra solventar la circunstancia adversa, brinda infinidad de respuestas que inciden en otros flancos y señala como culpable directo de los problemas que persisten a nivel del comercio, a su contrario. La molestia está latente, veremos el 6D quién cree el pueblo que es el culpable de esa molestia y si esa molestia vale más que todo lo que se ha logrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario