sábado, 13 de junio de 2015

Bolsillo degollado

Es como una burla eso de "Precio Justo" ¿no?

Tuve que ir a varios Farmatodo porque buscaba un medicamento que no conseguía. En uno de ellos, mi esposa comenzó a agarrar varios productos y se acercó a la caja del área de farmacia donde yo estaba y los colocó allí. Entre los productos habían tres paquetes de toallas sanitarias post-parto marca Always, cada uno trae 6 unidades. El cajero se sonríe y me señala diciéndome muy bajito que cada paquete cuesta 1.300 bolívares, le pregunté fuerte ¿cómo es la cosa? Y me reiteró que el precio de cada paquetico era de 1.300 bolívares. Me dijo que la Procter había ajustado los precios de todos los productos y que ellos estaban cambiándole los montos a casi todo en función de los nuevos precios que ponían los proveedores. No llevamos ningún paquete.

Fui también a Locatel, en la cola esperando dos tipos hablaban fuerte y criticaban el hecho de que un producto equis, no recuerdo el nombre, costase 2.800 bolívares. Enfatizaban que en la etiqueta dice “Precio Justo” y se reían irónicamente al concluir que eso era la mitad de un sueldo mínimo.

Así estamos hoy en Venezuela. La burguesía parasitaria domina a plenitud el escenario económico y establece de facto, las reglas a seguir. No existe institución, ente, ministerio alguno que logre frenarla porque en Venezuela la estructura gubernamental responde a un Estado Burgués que jamás le ha puesto el cascabel al gato. El Gobierno Bolivariano se ha centrado, durante más de una década, en crear una estructura paralela que intenta solventar los problemas generados por una burguesía parasitaria que intoxica el organismo económico de la patria con sus prácticas mafiosas. Se ataca el síntoma, no el origen de la enfermedad.

El futuro inmediato luce muy adverso y deprimente. El Gobierno Bolivariano hace alharaca denunciando una Guerra Económica donde se señala mucho al “enemigo” pero se le ataca con liguitas, mientras el pueblo recibe todo el impacto de la especulación impune, el acaparamiento, el desabastecimiento y crímenes económicos afines. Como respuesta, nos ponen a comprar por número de cédula y cuando llegamos al anaquel tampoco se consiguen los productos. Se ataca al pueblo consumidor mientras se le da total libertad al parásito burgués. Los elefantes blancos abundan. Ahora vienen las captahuellas, medida para fregar a los más pendejos en beneficio de los poderosos. Eso no quitará ni las colas ni el desabastecimiento porque no ataca el problema, sólo se enfoca en su consecuencia.

Lo peor de todo es que se establece como norma que los productos deben llevar marcado un “Precio Justo”, como si la justicia en el monto monetario para adquirir un bien se decretara. Esa es la viva muestra de que los que están tras bastidores en las decisiones económicas trascendentales responden a los intereses de las élites y no comprenden el momento histórico junto a las circunstancias y repercusiones político-económicas de sus ideas reformistas. Si algo de lo que digo es mentira, salga a la calle y revise los precios usted mismo.

Por el camino que vamos un Pan de Jamón costará entre 2.500 y 3 mil bolívares en diciembre. Vendrán situaciones difíciles como nos dijo Chávez, más difíciles aún ¡Prepárense!

Cada toalla cuesta BsF 215 ¿Justo?

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