lunes, 19 de mayo de 2014

Cero ideología, ¡Resuelve Ya!

Muchos sólo quieren comida, lo demás está de más

Conversaba con un amigo hace algunos días sobre la realidad nacional, lo que sucede a nivel socio político y la manera como el pueblo es perjudicado a través de la guerra económica. Él manifestaba un notorio malestar porque está siendo afectado directamente, dado que el vehículo de su esposa necesita un repuesto que “no se consigue por ninguna parte” para poder funcionar. Adicionalmente, requiere comprar aceite para el motor de su carro y, a pesar que ha buscado en varias ciudades, no lo consigue.

Trabaja en un organismo público, en el interior del país, donde debería ser común denominador una convicción irreductible de sus funcionarios en cuanto a lo que significa la revolución bolivariana y el proceso de cambio que vivimos, pero el hecho que se vea afectado a nivel material y que alguna de sus necesidades inmediatas no puedan ser satisfechas le impacta de tal manera que estimulan en su argumentación posturas apegadas exclusivamente al discurso de la derecha. Él tiene casi diez años trabajando para el Gobierno Bolivariano. Para resumir, su conclusión es que todo es culpa del gobierno, que debe liberarse el dólar para que la economía sea “competitiva” y que se le deben soltar las divisas a la empresa privada para reactivar la economía. Él es chavista.

Mi alarma ante esto es la siguiente: a pesar de que hay personas que se identifican de una u otra manera con la ideología socialista o de izquierda, en el primer momento que su zona de confort es vulnerada comienzan a mutar sus percepciones respecto a las razones que ocasionan su circunstancia adversa. El problema ya no es el cómo, todo se reduce al qué. La sustentación histórica, el bagaje cognoscitivo que explica las relaciones de poder y la lucha económica que vive Venezuela hoy es irrelevante: “Yo lo que quiero es conseguir mi repuesto, necesito el aceite para el carro”. Obviamente es el reduccionismo pragmático en su máxima expresión.

La decepción es un pesar generado por el desengaño. La derecha económica, política y mediática impacta con toda su fuerza el concepto esbozado por Chávez “Tenemos Patria”, mezclando significados y arrebatando de las manos del pueblo el “tener”. La carencia genera frustración en mentes condicionadas que inmediatamente buscan a un culpable de su situación. El escenario apunta a que el culpable es el Gobierno, nadie más. Por eso, muchos dicen “no me vengas con ideología, ¡resuelve ya!”

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