lunes, 12 de mayo de 2014

Guerra Económica en desarrollo

El producto con el que estafan
 
Casa Inamoto, conocida tienda de electrodomésticos ubicada en la Avenida 20 de Barquisimeto - Edo Lara, tiene la peculiar manera de humillar a los compradores de la siguiente manera. Mantienen la Santa María cerrada todo el día, permitiendo el acceso de los clientes exclusivamente por una puerta de reducidas dimensiones. Los que deseen comprar allí, deben hacer una larga cola afuera del establecimiento con el agregado que uno de los encargados, pasa por la cola y retira la cédula de identidad a cada uno de los allí presentes. Luego, cuando la dinámica interna del negocio así lo decide, empiezan a llamar a cada uno como si se tratara de un centro de reclusión.

El botellón de agua, en todas las panaderías y bodegas del centro de Caracas oscila en un precio que promedia los 45 bolívares la unidad. En Acarigua se consigue en 28 bolívares, es decir, en la capital de la república el precio prácticamente se duplica. En mayo de 2013 la misma cantidad de agua envasada costaba entre 18 y 20 bolívares, lo que indica un aumento de más del 100% de su precio final. ¿Precios establecidos en la capital corresponden a costos de producción o simple voracidad especulativa del vendedor? ¿Cuál es el precio justo del agua?

Aceite para motor es imposible de conseguir en tres ciudades: Caracas, Barquisimeto y Acarigua. No hay en ninguna de éstas localidades oferta de lubricantes. Conversé con un conocido que tiene una venta de este tipo de insumos y me dice que Venoco sólo le está dando el 25% de lo que normalmente le vende. La argumentación, según me explica, es que “no se está produciendo aceite”. Asdrúbal Chávez, Vicepresidente de Refinación y Comercio de PDVSA, informó la semana pasada que la producción de aceites lubricantes de la Planta Envasadora Cardón fue de 14 millones de litros de aceite en abril, incrementando la manufactura en más de 50% con respecto a marzo de 2014, ¿qué está pasando?

En panadería ubicada a pocas cuadras de la Plaza Bolívar en Caracas, venden un envase de cartón blanco con azul, igualito al de la leche, pero que dice “bedida láctea”. Pido uno y leo que marca BsF. 25, pregunto cuánto es y me dicen “30 bolívares”. Le increpo al dueño del local, un extranjero, que por qué ese precio si dice en el producto un monto menor. Me responde de forma altanera “30 bolívares es lo que cuesta, o lo compras o te vas”. Obviamente opté por irme.

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